© J.M. Van Berkel

Bulbos imprescindibles en un jardín mediterráneo

Entiendo que plantar un bulbo para muchos puede ser un acto de fe. Y si no, como a mi me ocurre a veces, casi en el mismo momento en que los planto se me olvidan por completo. Pero lo cierto es que allí están, esperando, latentes a florecer.

Lo maravilloso de ellos es que muchas especies necesitan muy pocos cuidados y una vez establecidos crecerán e irán formando extensas matas de próspera y larga vida.

 

A lo largo del último año me he interesado especialmente en encontrar una pequeña paleta de bulbos que funcionen en situaciones limitantes y complicadas. Lo que me interesaba fundamentalmente era, por supuesto, su valor ornamental pero éste debía ir acompañado de una gran capacidad de supervivencia y larga vida. Al fin y al cabo cuando aparecen sea en masa o para un centro de mesa pueden llegar a ser un gran espectáculo.

 

Su gran ventaja es sin duda su período de dormancia. De esa manera ellos se convierten en perfectos ‘escapistas’ bien del frío o del intenso calor y la falta de agua, y además por supuesto porque les ha permitido ser transportados a lo largo de los siglos -por millonarios, aldeanos, peregrinos ó sacerdotes- y naturalizarse en muy diversos lugares y culturas.

 

Ejemplo varios se pueden encontrar a lo largo de la historia pero por nombrar dos de ellos que he leído recientemente:

 

  • el Iris albicans originario de Arabia Saudí fue introducido en el Mediterráneo, Sur de Europa y Asia por los peregrinos musulmanes que volvían de la Meca y es particularmente popular en los cementerios musulmanes por su blanca flor, símbolo de pureza, por la importancia de su origen, y porque no necesita ningún cuidado una vez establecido.

 

  • La Sternbergia lutea (azucena amarilla) introducido por los monjes griegos que transportaban los bulbos desde su tierra natal y los plantaban en muchos monasterios a lo largo del Este del Mediterráneo.

 

Es importante hacer hincapié en que hoy en día jamás se debe retirar un bulbo del campo o de los bosques. En muchos países está absolutamente prohibido por ley, y la realidad es que hoy en día la variedad y diversidad de cultivares y especies existentes comercialmente te permite plantar y coleccionar cantidades ingentes de ellos sin necesidad de dañar sus hábitats de origen.

 

Todos hemos visto o sabemos que a comienzos del año empiezan a despuntar tulipanes, narcisos, muscarias (nazarenos) y peonías. Floreciendo cada año puntualmente después de las últimas nieves y anunciando la primavera. Además hay numerosas especies, entre ellas, nardos (Polianthes tuberosa), azucenas (Lilium candidum) y fresias que crecen en macetones o grandes contenedores metálicos en las entradas y balcones de muchas casas, ciudades, pueblos y aldeas.

 

La lista que presento a continuación se han seleccionado siguiendo los siguientes requisitos:

 

  • bulbos que no necesitan riego,
  • tienen una larga época de floración,
  • son resistentes a enfermedades, topos, etc,
  • son de diferente interés estacional, y
  • son relativamente fáciles de encontrar.

 

Irises

Hay cientos de iris entre especies y cultivares, pero esta imagen de libro del jardín de Paolo Pejrone la tengo grabada en la mente.

 

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No sé exactamente cuál es y podría ser un iris hoogiana por la altura, pero podría ser también muchos otros que no conozco. En cualquier caso, si son especialmente útiles los siguientes:

 

Iris unguicularis (Lirio de Argelia)

 

© Feloidea

 

Originario del Mediterráneo también es a veces conocido como Iris stylosa o Iris algereiensis, es una especie de hojas anchas y flores grandes y fragantes.

 

Es una planta resistente que crecerá en las condiciones más difíciles y puede plantarse debajo de los árboles. Reconozco que es especialmente útil pues hasta se puede plantar debajo de los pinos (algo sin duda inusual) en sombra o a pleno sol.

 

Su floración dura casi todo el invierno, cuando normalmente no hay absolutamente nada más en flor. Y las nuevas flores aparecen a diario, sobre tallos cortos en el centro de la mata.

 

Sus hojas tienden a crecer rápidamente y se recomienda cortarlas a 10cm del suelo cada 3 o 4 años para que vuelvan a verse las flores. Después de dos estaciones no necesitará que se riegue en absoluto. Y tiene una larga y próspera vida.

 

 

Iris foetidissima (Lirio hediondo)

 

© Ian Kirk

 

Aunque su nombre no resulta especialmente llamativo, y sin duda su olor es fétido, de nuevo es un excelente iris originario del Sur de Europa y el Norte de África que se ha naturalizado en multitud de lugares. Su olor espantoso sólo es liberado cuando se aplastan sus tubérculos o raíces, luego hay que tenerlo muy en cuanto y evitar colocarlo en zonas de paso.

 

Es una planta muy decorativa por sus hojas afiladas verde oscuras y sus hermosas vainas abriéndose en otoño que revelan rojas y brillantes semillas. Éstas duran semanas y se pueden usar para decoraciones florales. Y tiene la ventaja de que puede crecer en zonas de alta densidad de sombra donde normalmente ninguna especie puede sobrevivir.

 

Sus flores no son de especial interés, pero es sin duda fácilmente cultivable desde semilla, y como el I. unguicularis, de larga vida.

 

 

Amaryllis belladonna (Belladona o azucena rosa)

Este es otro bulbo que me volvió loca la primera vez que lo vi y creo que esta imagen habla sola. Es perfecta para zonas a pleno sol alejadas de fuertes heladas.

 

Amaryllis belladona

 

Originaria del Suroeste del Cabo de África, esta especie está ganando muchísima popularidad. Sus altas y llamativas flores aparecen en Septiembre, simbolizando el final del verano. Su color va de un suave rosa a un fuerte fuchsia aunque también existen cultivares blancos y muy oscuros.

 

Los bulbos son fáciles de obtener pero requiere paciencia, pues es probable que no den flor el primer año. Deben ser plantados con el cuello del bulbo a nivel del suelo. Y requieren de una posición soleada o de ligera sombra donde no reciban nada de riego de aspersores u otra clase.

 

A estos bulbos no les gustan que les molesten. Libremente irá formando matas  tras varios años. Hay que tener claro que cada planta no dará flores todos los años, luego es mejor plantar un número de ellas para asegurarse la floración en cada otoño.

 

 

Freesia refracta, F. leichtsinnigF. alba (Fresia)

Son tres especies de floración blanca naturalizadas en varias partes del Mediterráneo. Y se las conoce por su increíble perfume en primavera.

 

© dremiel

 

Las fresias son unos de los mejores bulbos para macetas. Utiliza una maceta de tamaño medio que pueda fácilmente colocarse en la mesa de la terraza o dentro de casa para poder disfrutar de su floración. Tras la época de crecimiento coloca la maceta a un lado, en una zona seca y espera a que lleguen las primeras lluvias.

 

Nosotros hemos tenido en casa una maceta de los antiguos inquilinos, que dejaron por estar agrietada y rota, llena de bulbos de fresias. Durante un año entero no recibió nada de riego y ella sola crecía y florecía. Y estamos hablando de Sevilla. Si eso no es ser resistente…

 

Las fresias crecen rápidamente y en ocasiones se dispersarán por semilla en otras zonas del jardín.

 

 

Narcissus tazetta (Narciso de manojo)

De los innumerables cultivares, híbridos y formas del género Narcissus se cree que hay varios cultivares de N. tazetta que tienen siglos de antigüedad. Su origen exacto no está claro, pero algunas de su variedades como ‘Double Roman’ o ‘Constantinopolitanus’ claramente indican que éstos han existido desde los imperios romano y turco.

 

© Averater

 

 

Los Narcissus tazetta han sido cultivados en el Mediterráneo por su belleza e increíble fragancia. Crecen con fuerza y son muy resistentes a las enfermedades. Los bulbos deben plantarse 15-20cm de profundidad y la mata debe ser levantada y reducida cuando esté demasiado densa cada 10 años más o menos.

 

Los narcisos deben plantarse a pleno sol para que los tallos sean más cortos y no se rompan, especialmente después de la lluvia. Si los metes dentro de casa, unos pocos tallos con flor, llenarán de fragancia la casa.

 

Imagen destacada: Polianthes tuberosa (flor de un nardo) © J.M. Van Berkel
Referencias: The Mediterranean Garden Society Journal No.82. El listado pertenece a una serie de bulbos que Oron Peri (botánico, diseñador de jardines, autor de varios libros en la materia y experto en plantas -especialmente bulbosas Mediterráneas y de Asia Central y con una extensa colección en su país natal, Israel-) recomienda en la revista y el research se ha ampliado a varias publicaciones en la Alpine Garden Society y en Flora Ibérica, así como la web del RHS.

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