Lo que más me gusta de este jardín es el juego que tiene en su distribución. Al entrar es una habitación verde, con setos alto de laurel, que te dirigen bien hacia la puerta bien a los huecos que que dan paso a otras estancias.
Junto al patio inglés, un arce te guiña para que le sigas al jardín por un sendero que lleva la vista hacia el bosque de encinas. En los pocos claros que hay se plantan magnolias y cornejos, y todo ello se rodea de una masa de lentisco y algunas vivaces de zonas semiboscosas que se caracteriza por rodgersia, thalictrum, polystichum, hosta y cimifuga entre otras, entre una matriz frontal de sesleria y stachys officinalis.
En el claro de la piscina se ubica el césped y una plantación más viva desde primavera a verano. Se busca en este caso una delicada mezcla más asilvestrada de flores donde se entremezclan salvias, echinaceas, rosa, nepeta, sedum y stachys entre otras.